jueves, 4 de agosto de 2011

Semi paralizada la FAA de EEUU


WASHINGTON -- El presidente Barack Obama acusó el miércoles al Congreso de jugar a la política con los fondos de la Administración Federal de Aviación (FAA) y pidió a los legisladores regresar de sus vacaciones recién comenzadas para resolver una disputa sobre la financiación de la agencia que ha causado el despido temporal de 4,000 empleados.

La situación supone un costo al gobierno de $250 millones semanales.

En declaraciones tras una reunión con su gabinete, Obama indicó que: “Mi esperanza, y creo que la de todo el pueblo estadounidense, es que esto se pueda resolver para finales de esta semana”.

El Presidente dijo que ha llamado a varios líderes legislativos para instarles a resolver el punto muerto y recordó que la medida que es necesaria aprobar no es complicada y este Congreso ya la ha aprobado en varias ocasiones.

La posibilidad de que el Congreso retome sus actividades es complicada, por cuanto la Cámara cerró sus puertas el lunes, tras aprobar la ley de aumento del límite de deuda nacional, y el Senado comenzó a su vez sus vacaciones el martes, también tras votar la medida.

Pero Obama indicó que los legisladores podrían utilizar un procedimiento conocido como consentimiento unánime para extenderle los fondos a la FAA sin necesidad de reunirse en Washington.

La disputa gira en torno a un programa de $200 millones anuales de subsidios de la FAA para los servicios de aerolíneas en áreas rurales.

Los republicanos, que abogan por rebajas drásticas del gasto público y controlan la Cámara de Representantes, buscan un recorte de $16.5 millones en ese programa de subsidios. Los demócratas, que son mayoría en el Senado, rechazan esa disminución.

Como resultado, permanece en el limbo la ley que prorroga el presupuesto de la FAA, que expiró el 22 de julio, lo que obligó a un cierre parcial del organismo desde ese día.

Aunque no afecta a los controladores de tránsito aéreo ni los servicios de las aerolíneas comerciales, el cierre parcial de la agencia ha llevado a la suspensión de unos 4.,000 empleados y la paralización de unos 200 proyectos de construcción en los que participan unos 70,000 trabajadores.

También supone que el gobierno deja de recaudar cerca de $250 millones por impuestos a los vuelos, por lo que esperar a que el Congreso resuelva el problema a la vuelta de sus vacaciones podría costarle al país unos $1,250 millones.


Fuente: EFE / Nuevo Herald de Miami

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